Con Emiliano Huamantica y Saturnino Willka, ellos escribieron páginas de gloria en la historia del pueblo.
Fue un comunista peruano, Esteban Pavletich, el secretario de Sandino allá por los años 30.
En 1932 los comunistas organizaron a los trabajadores de la Oroya y Cerro de Pasco, con Jorge del Prado, Gamaniel Blanco y otros trabajadores.
Los comunistas iniciaron la modernización de las comunidades del valle del Mantaro poniendo en práctica la línea de Mariátegui y Castro Pozo: pasar del ayllu a la cooperativa socialista. El mayor ejemplo fue la comunidad de Muquiyauyo.
Los comunistas lideraron con el grupo rojo Vanguardia de Tomás Escajadillo la primera revolución universitaria de 1930. Combatieron a la dictadura de Sánchez Cerro siendo perseguidos con saña. Apresados algunos, se fugaron de la colonia penal de Satipo. Uno de ellos fue el científico y humanista Hugo Pesce cuya influencia sería decisiva años después, por los cincuenta, para la trayectoria vital de Ernesto Guevara.
Los comunistas peruanos participaron en la heroica defensa de la república española. Muchos como Ernesto Rojas Zavala combatieron como soldados u oficiales republicanos. Otros como el periodista César Falcón y nuestro gran poeta nacional César Vallejo participaron en la propaganda contra el fascismo.
En la década de 1935 a 1945, los comunistas organizaron a los trabajadores de Lima y fueron parte de la campaña mundial contra el nazifascismo.
En 1945, con Jorge Acosta como secretario general, el Partido Comunista fue una pieza estratégica en la formación del Frente Democrático Nacional que llevó al poder a José Luís Bustamante y Rivero iniciando tres cortos años de agitada vida democrática.
Pocos meses después los comunistas tuvieron que sufrir la campaña macartista y de calumnias del Apra encabezada por Haya de la Torre. Combatieron contra la ley de imprenta y la dominación matonesca del Apra en los sindicatos y las universidades.
A partir de 1948, lucharon contra la dictadura de Odrìa y poblaron por cientos las cárceles. Allí fue donde murió Simón Herrera Farfán, víctima de la represión carcelaria.
En 1950 organizaron la gran huelga general de Arequipa que, liderada por Raúl Acosta, marcó el comienzo de la lucha popular contra esa dictadura. Bajo Odrìa, mantuvieron la organización clandestina del Partido con Alfredo Abarca, el poeta tacneño Omar Zilbert, Juan José Vega y otros compañeros.
Elmo Gómez Lucich, un estudiante comunista peruano murió combatiendo el 10 de junio de 1954 en las calles de Bogotá contra el Batallón Colombia que retornaba de Corea y el día de su muerte es considerado en Colombia como Día del Estudiante.
En 1958 jóvenes comunistas como Luís Zapata Bodero y muchos otros, se opusieron a la presencia del Presidente Nixon, que había sido brazo derecho de Mac Carthy en Lima; e iniciaron el repudio latinoamericano que se repetiría en Caracas y otras ciudades contra el imperialismo norteamericano.
En 1968, con Jorge del Prado como Secretario General, los comunistas apoyaron al gobierno revolucionario de Juan Velasco Alvarado y lograron la reconstitución de la CGTP. Caído Velasco, encabezaron y contribuyeron a la lucha contra la dictadura de Morales Bermúdez. En 1980, con Guillermo Herrera, fueron decisivos en la construcción de Izquierda Unida.
La historia del Perú no se podría escribir sin los nombres del dirigente textil Eliseo García, el ferroviario Avelino Navarro, el trabajador de construcción Pedro Huilca, asesinado por el terrorismo de estado, el campesino ancashino Macedonio Lirio (cuyo asesinato en los noventa no ha sido esclarecido todavía), los periodistas César Falcón y Alfredo Mathews, los historiadores como Emilio Choy, los poetas como César Vallejo –nuestro gran poeta nacional-, Juan Gonzalo Rose y Gustavo Valcárcel, los pintores como Alfredo Ruiz Rosas.
Las mujeres comunistas combatieron en los sindicatos mineros, en las federaciones campesinas, hicieron frente cara a cara a las fuerzas represivas de los gobiernos de turno en las huelgas y las persecuciones. Con Alicia del Prado y Tamayo estuvieron en la fundación del movimiento feminista.
Con Violeta Valcárcel trabajaron intensamente en la organización del Partido y la defensa de los presos.
Más allá de los errores y los sectarismos, los oportunismos o las equivocaciones y las prácticas negativas que deben ser corregidas y no repetidas, el legado del Partido Comunista a la historia de las luchas populares y a la construcción de nuestro país, es invalorable. Los comunistas pueden estar orgullosos de su partido pero precisamente por ello tienen la gran responsabilidad de ser leales a su trayectoria logrando la gran unidad que el pueblo peruano espera. La gran misión de los comunistas y de todos los revolucionarios, liberar el Perú y organizar una sociedad justa, aún no ha sido cumplida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario